Esta semana, los virus y demás agentes patógenos nos han respetado, así que volvemos con un programa en el que lo mismo hablamos de los últimos estrenos que de una serie de la que se cumplirán diez años de su estreno estas próximas Navidades. Pero lo primero es lo primero, y es el canal History el reclama nuestra atención con Vikings, su primera serie propiamente dicha después de haber tenido un gran éxito con Hatfields & McCoys, concebida originalmente como miniserie y que, finalmente, tendrá segunda parte. Vikings está creada por Michael Hirst (con experiencia en, entre otras, Los Tudor) y sigue las aventuras de Ragnar Lodbrok, un jefe vikingo a la altura mítica del rey Arturo. Los trailers han dejado cierto dejà vú a Juego de tronos pero, ¿será así?
El siguiente estreno que tocamos es Golden Boy, otra serie de policías de CBS cuyo punto de partida, al menos, es interesante; Walter Clark es el comisionado más joven de la policía de Nueva York, y lo que nosotros vemos es cómo empezó su ascenso siete años antes, tras ser ascendido a detective de Homicidios. La serie empezó a desarrollarse en un principio para que su protagonista fuera Ryan Phillippe, pero el que ha acabado dando vida a Clark es Theo James, alias Pamuk, el amante muerto de Lady Mary en Downton Abbey. No es que las series de midseason de CBS tengan últimamente mucha suerte, así que veremos qué pasa con ésta. La que siempre genera discusiones, análisis y comentarios de todo tipo es Black Mirror, de la que comentamos los dos últimos capítulos con la sensación de que lo mejor lo vimos en el primero.
Muchos policías tenemos esta semana, pues nos detenemos además en The Bridge, título inglés de Bron/Broen, el último éxito llegado desde Escandinavia y que conocerá un par de remakes en los próximos meses, uno en Estados Unidos y otro franco-británico. La serie original nos lleva hasta el puente que une Suecia y Dinamarca y la investigación del cadáver que aparece una noche justo en su mitad a cargo de un detective danés y otra sueca. La recomendamos, por supuesto.
Y nuestro tema final da comienzo a algo así como una nueva sección en la que, una vez al mes, hablaremos sobre alguna serie "vieja", algo que algunos de vosotros nos pedísteis por Facebook. El título que estrena esta sección es Battlestar Galactica, la reimaginación de 2003 de una vieja serie de 1978 que se ha convertido en el estándar con el que medir todos los remakes y que es uno de los proyectos más complejos y ambiciosos de los últimos años. Todo esto ya ha pasado antes, y volverá a pasar otra vez.
- 0’: Presentación y Vikings, el ‘Juego de Tronos’ del canal History.
- 16’: Golden Boy, la carrera policial del hombre que desvirgó a Lady Mary.
- 28’: Black Mirror, la polémica serie que fue de mejor a peor.
- 42’: Bron Broen, un asesinato sueco-danés muy notable.
- 59’: Battlestar Galactica, la niña de los ojos de Marina.
6 comentarios:
Como el último comentario que os dejé en el blog fue para daros palos, vamos con uno dulce y empalagoso para compensar. Me alegro de vuestra decisión de hablar, aunque sea una vez al mes, de series "viejas". En ocasiones vuestro programa me sirve de acicate para retomar series estancadas al oír vuestros comentarios o para animarme a ver algunas que en principio no me llamaban la atención. A ver si este podcast consigue que de una vez por todas termine con BSG que la tengo estancada tras ver el infumable episodio del boxeo.
Lo que me pregunto siempre escuchando YDAJR es de donde co... sacáis tiempo para ver tanta serie.
Smällkyss!!!
¿Qué el episodio del boxeo fue infumable? No tiene usted criterio, señor Calaveras :). Y sospecho que el final de la serie, entonces, no te va a gustar.
¡Hola, Marina y Pere! Aunque normalmente nunca comento en los blogs de los podcasts que escucho (más por falta de tiempo, que de ganas), en esta ocasión, tras oír vuestro comentario sobre Battlestar Galáctica, no he podido resistirme a aportar mi opinión.
Probablemente es porque BG es una serie con la que mantengo una complicada relación de amor y odio. De Galáctica no puedo dejar de apreciar muchos logros: Por ejemplo, la sensación de opresión y ansiedad, de estar continuamente en el límite (En este sentido, el primer episodio de la serie regular, “33 minutos”, me parece brillante).
También es impresionante en muchos aspectos que nos encantan a los amantes de la space opera, como ese diseño entre retro y futurista de las naves espaciales, el nivel de calidad de los efectos especiales, ese estilo de las secuencias de batalla espacial tan “found footage en el espacio” que te sumerge en medio de la batalla...
Y desde luego, la serie huye de maniqueismos, y plantea cuestiones bastante duras para una supuesta serie de entretenimiento, relacionadas con la política y con la guerra, que son de las que ponen la ciencia ficción en valor, llevándola más allá de ser un mero entretenimiento (lo cual tampoco tendría nada de malo, pero eso es otra historia.
Y además, la serie cuenta con un reparto excelente, con personajes brillantes, carismáticos y con una enorme intensidad dramática, que consigue mantener continuamente... Y quizás es eso lo que hace que, a pesar de todo lo dicho hasta ahora, BG a veces me caiga gorda. Porque una tensión dramática sin descanso, sin respiro, sin un poco de alivio cómico, a mi a veces llega a hacérseme cansina. Eso fue particularmente patente en toda la tercera temporada: Tras la experiencia traumática de Nueva Cáprica, me pareció que el resto de los episodios de la 3T estaban dedicados a explicar que los personajes estaban muy, pero que muy deprimidos, sin que pasara nada demasiado trascendente. En casa fue una experiencia agónica: Nos llevó año y medio terminar con la 3a temporada, casi por obligación, y seguramente con la oferta actual de series, nunca hubiéramos llegado a terminarla.
Además de eso, debo admitir que hay otros aspectos que me provocan tirria de BG, relacionados con su aura de “Primero de la Clase”. Supongo que es como cuando le coges manía al empollón gafotas que siempre levanta la mano primero en el cole. En primer lugar, la comparativa que se hacía por parte de crítica y público, a propósito del tono “Dark and Gritty” de Galáctica, poníéndolo en valor frente al tono idealista, protecnológico y humanista de Star Trek, mirando a esta última por encima del hombro. Lo siento, pero que la visión pesimista del ser humano de BG sea superior al tono esperanzador de ST, por definición, siempre me tocó las narices, como cuando le dan un oscar siempre a una película dramática, y jamás a una de ciencia ficción, de animación o de comedia., porque un drama es, por definición, “mejor”.
(¿Yo, trekkie? No se por que lo decís... :-) )
[Sigo en el siguiente comentario, que aquí no cabe...]
[Viene del comentario anterior...]
... Por otra parte, creo que me fastidiaba que en cada episodio, la serie presumiera de tener “un plan” (¡lo repetían todas las semanas en la cabecera, sin ir más lejos!), cuando era evidente que, como diría el doctor Jones, improvisaba sobre la marcha. Me temo que aquí pesa mi veneración por otro de los referentes inconfesos de BG, Babylon 5, y que me resultaba obvio que la precisa planificación de la obra de Straczynski aquí no existía ni por asomo. Pere nos ha lanzado la pullita a los losties zurrando a Perdidos en comparación, pero aunque también improvisaban de arriba a abajo, Cuse, Lindelof y cia consiguieron disimular esto con mucho más éxito, cerrando cabos y retomando semillas que habían colocado en las primeras temporadas, con mucha habilidad. A mí, al menos, me engañaron como a un chino, y hasta el libro de Sepinwall, habría estado dispuesto a jurar que la historia siempre estuvo planificada. Algo que no me pasó con Galáctica, donde a ratos no parecía que hubiera rumbo, y donde alguno de los giros más célebres, el de los Cinco Cylons, a pesar del twist que supone no parece tener ninguna coherencia con lo que habíamos visto hasta ahora de esos personajes.
En cuanto a los dos episodios finales, aunque analizados con frialdad, el desenlace no soporta demasiado el análisis (concretamente (SPOILER) la decisión de los últimos 50000 humanos de renunciar a la tecnología), no negaré que analizado en términos de emotividad y épica, el final resulta excelente, y me regaló dos de mis momentos favoritos de toda la serie: Uno, el de la estructura de la Galáctica, combandose angustiosamente hasta el límite de su resistencia en su último y desesperado salto. Otro, la reacción de Baltar y Caprica Seis (creo, llega un momento en que me pierdo con tanta réplica), al descubrir que cada uno de ellos oye voces que hablan entre si, y que por tanto las entidades son reales y no delirios, uno de los pocos momentos de humor de toda la serie.
En fin, como os digo, una relación complicada, la mía con BG. Pero por mucho que reniegue, no negaré que asisti en su momento a la Basauricon de hace unos cuantos años, dedicada precisamente a Galáctica y que contó con la asistencia de Edward James Olmos (un tipo de lo más accesible) y Mary McDonell (que se quedó con un público, mayoritariamente femenino, por cierto), y me hice una foto con ellos. Los humanos somos gente compleja...
Por cierto, me gusta que dediquéis un espacio a series clásicas. Ya que admitís peticiones, aparte de Babylon 5, que os solicito periódicamente, Twin Peaks y Expediente X serían opciones interesantes.
Y poco más, que hacía tiempo que no me enrollaba tanto. Felicidades por vuestro podcast, que es todo un referente en la podcasfera seriéfila, y ójala sigáis mucho tiempo regalándonos con vuestro trabajo. So say we alll! :-)
Luis, gracias por tanta pasión. Ya veo que disfrutas mucho la ciencia ficción.
Y, si bien entiendo tu manía a BG por ser la primera de la clase, no creo que la crítica infravalorara el mensaje esperanzador de Star Trek. Eran tiempos distintos y, como bien decimos en Yo Disparé, la serie estaba muy influenciada por el 11S. Diría que la crítica simplemente se alegraba de tener un producto de ciencia ficción bueno.
Un "bueno" al que pondría muchos matices, por supuesto, pues muchos tramos son tremendamente irregulares y hay episodios bastante fallidos.
Por cierto, como una vez me hice una fotografía con Mischa Barton, entiendo que debió ser muy divertido y hasta emocionante hacerte la foto con Edward y Mary.
Y te lanzo dos preguntas:
- ¿Qué opinión tienes de 'Farscape'?
- ¿La Star Trek original aguanta el visionado?
Ah, y dudo que vayamos a hablar de tus propuestas pronto porque todas las tengo a medias. Vamos, que si sigo a este ritmo de caracol, hablaremos de ella en nuestro décimo aniversario. :)
Gracias por tu respuesta, Pere. Si, aunque aprecie todo tipo de ficción, la ciencia ficción es una debilidad. :-) En cuanto a las preguntas que me lanzas:
Farscape me parece una serie notable, e injustamente olvidada. Aunque su punto de partida es casi un cliché en la space opera, (el astronauta perdido en el espacio), en su momento fue bastante novedoso encontrar una space opera con un grupo de protagonistas bastante alejados del estandar del héroe de sentimientos nobles: Los personajes son un grupo de presidiarios con un concepto de la ética digamos que relajado, que permanecen juntos más por supervivencia que por amistad, y las decisiones que toman son más de una vez moralmente discutibles. Igualmente, aunque la serie se rueda casi íntegramente en estudio, el colorista diseño de producción de los decorados de carton piedra de la época me encantaba, así como los maquillajes de los alienígenas o los animatrónicos que se integraban mucho mejor que algunos personajes modernos generados por ordenador. Los valores de producción eran bastante altos para una serie de estas características... lo cual probablemente la mató, cuando SCI FI optó por concentrar sus esfuerzos en una serie menos cara de producir, Stargate.
Aún así, me reservo la opinión final hasta que la terminemos: En casa vamos por la 3a temporada, y aunque la serie conserva ese sentido del humor que echaba a faltar en Galactica, la trama estaba empezando a coger un tono tan agobiante que mi pareja se refería a ella como "Los Extraterrestres Deprimidos". Seguramente la recuperemos, en cuanto terminemos Haven, que en casa hace las veces de metadona de Fringe... :-)
En cuanto a Star Trek, es cierto que un visionado actual es dificil para gran parte del público moderno: Técnicamente el atrezzo, o los efectos especiales eran muy limitados, incluso para la época (Gene Roddenberry tuvo muchos problemas para conseguir los pocos planos que vemos del Enterprise desde fuera...). El contexto cultural también puede chocar mucho. Aunque Star Trek se adelanta a su tiempo en aspectos como la convivencia de culturas, el pacifismo, la igualdad racial o de sexos, también persisten aspectos que nos pueden resultar retrógrados vistos ahora (por ejemplo, el personaje de la asistente del capitán, en la 1a temporada, respondía a un estereotipo machista que, desde nuestra perspectiva, es sonrojante). Y su condición de referente también juega en su contra: El 90% de la ciencia ficción espacial televisiva bebe de Star Trek, por lo que al espectador joven pueden sonarle a ya vistos muchos aspectos que en realidad son originales suyos.
Y aún así, incluso obviando que Star Trek fue prácticamente la primera serie de televisión que introdujo una ciencia ficción de temática adulta, y que prácticamente inventó un género televisivo, creo que si se sabe poner en su contexto histórico (igual que el cine clásico de los 40, o las novelas de Verne del siglo XIX), sigue siendo disfrutable, por su sentido de la aventura, de la maravilla, y por la química entre William Shatner, Leonard Nimoy y DeForest Kelley.
Y ya no me enrollo más que cuando empiezo con esto no hay quien me pare. Nos seguimos oyendo. Namasté ;-) .
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